miércoles, 28 de octubre de 2009

Un equipo de Jove halla células madre en el útero capaces de curar enfermedades degenerativas


Los investigadores resaltan el «extraordinario» potencial de este material para fabricar tejidos muy diversos, desde neuronas hasta músculos o huesos


La Unidad de Investigación del Hospital de Jove presentó ayer un importante avance en la lucha contra las enfermedades degenerativas como el alzheimer, la metástasis tumoral o la artritis reumatoide. En estrecha colaboración con la empresa biotecnológica Projech, el equipo encabezado por el doctor Francisco Vizoso ha descubierto un tipo de células madre somáticas procedentes del útero de mujeres en edad fértil con un «extraordinario» potencial para regenerar tejidos dañados de cualquier tipo, desde neuronas hasta músculos o huesos. Este hallazgo «esperanzador», en palabras del propio Vizoso, representa «el mejor candidato aparecido en muchos años para desarrollar nuevas terapias contra enfermedades sin cura en la actualidad».
La amplia variedad de utilidades derivadas de este material celular procede de unas características «especiales y únicas» en el campo de la biología. Así, estas células madre uterinas tienen como principal propiedad una rápida y mayor capacidad de crecimiento al poder dividirse hasta 45 veces. A modo de ejemplo, el director de Projech, Carlos Rodríguez, destacó que a partir de una unidad se puede obtener un órgano del tamaño de una pelota de tenis. «Es algo astronómico», manifestó Rodríguez.
Esta importante capacidad divisoria se ve reforzada con el «extraordinario» potencial que tiene este material celular para transformarse en cualquier tipo de células sin relación alguna con el útero, tales como las adiposas, musculares, óseas o neurológicas. Esta versatilidad permite fabricar células muy diversas que pueden regenerar tejidos dañados, característica principal de las enfermedades degenerativas como el alzheimer, la artritis reumatoide, la metástasis tumoral o la esclerosis lateral. Especialmente significativa es la posible aplicación de este material a las enfermedades neurodegenerativas, ya que «estas células tienden a convertirse en neuronas», explicó Carlos Rodríguez. Además, son capaces de 'reparar' algún órgano dañado, caso del hígado en casos de hepatitis.
Asimismo, estas células madre uterinas tienen propiedades curativas al poder obtener de ellas proteínas. Esta circunstancia permitirá en un futuro el desarrollo de medicamentos y fármacos para paliar los efectos de algunas patologías. Además, estas células no generan tumores y en un principio parecen inmunes al rechazo y a la incompatibilidad.
Precisamente, estas dos últimas características se desprenden de la facilidad de obtención de este material al conseguirse durante las citologías en las revisiones ginecológicas a mujeres con menos de 50 años, mientras que la obtención de otras células madre requieren una cirugía, son difíciles de manera y su crecimiento es limitado. Además, según los investigadores, no plantean problemas éticos, como en el caso de las células madre embrionarias, al obtenerse de donantes adultas voluntarias.
Órganos artificiales
Todas estas propiedades abren un «horizonte esperanzador» en la lucha contra las enfermedades degenerativas. De esta forma, los investigadores apuntan a la posibilidad de aplicar estas células madre uterinas de manera directa en el órgano dañado o bien utilizar las proteínas que generan en forma de medicamentos. En el primer caso, los ensayos realizados en el laboratorio con ratas confirman la regeneración de heridas y músculos gracias a estas células, llegando el animal incluso a volver a caminar. Además, los investigadores señalan que este material podría utilizarse para la creación de órganos artificiales para transplantes y contribuir a la fertilidad de las mujeres con problemas.
Respecto a la producción de fármacos, tanto Francisco Vizoso como Carlos Rodríguez destacaron la reducción del tiempo de desarrollo del medicamento al tratarse de células humanas. «La mayoría de fármacos proviene de síntesis químicas de plantas y otros organismos extraños, por lo que los ensayos clínicos tardan entre cinco y siete años. El hecho de que estas células sean humanas puede reducir el desarrollo preclínico a entre uno y dos años», explicó el director de Projech, quien estimó en dos años el comienzo de los primeros ensayos clínicos.
Ahora, la Unidad de Investigación del Hospital de Jove abordará la fase de producción para explorar más a fondo todas las utilidades que ofrecen las células madre uterinas. «Los milagros existen para los que los ven. Yo soy científico y creo en los hechos, pero estos hechos pueden dar lugar a signos de exclamación», resumió Carlos Rodríguez.

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